lunes, 9 de agosto de 2010

Amazing Stories

Eran tiempos de no dormir, de zapatos, de refrescos ácidos y de perfumes de noche. Eran tiempos de saltar, gritar, olvidar el sol y trasnochar. Tenía entre doce y catorce años y los años ya me pesaban como pesadas losas de hormigón. Eran tiempos de “empezar a salir”, de quedar con amigos durante la noche y de dormir durante el día.


Este nuevo método de “aprovechamiento” de los fines de semana me parecía cuanto menos patético. Era mi tiempo libre después de cinco días de colegio, después de cinco mañanas de despertador y de cinco noches de mirar el reloj. Quería aprovecharlos como a mi me gustaba y no como debía hacerse. A mi manera.


Por aquel entonces descubrí una serie de televisión. La emitían en Canal 9 en horario de noche (entre las once y las doce) y su título rezaba Amazing Stories (llegó a nuestro país como Cuentos Asombrosos). Era una serie de ciencia ficción. Cada semana relataban una historia en la que un niño, un joven o uno de los mayores sufrían en sus carnes un episodio fantástico. Dirigida por el fenómeno Spielberg fue una serie que no aguantó más de dos años en pantalla pero que exprimí y recordé durante todos estos años.


Noches de televisión, de historias de indios, gentes del espacio, milagros extra-oficireligiosos y criaturas horripilantes sustituyeron por completo a todas aquellas noches de salidas. Hasta que no cerraron la serie no volví a pisar un pub.


Me ayudaba a conciliar el sueño, a crear mis propias historias y a creer en la magia. Historias asombrosas, cortas, concretas y directas al cerebro. Antes de probar mi primera gota de alcohol, antes incluso de inspirar la primera bocanada del humo ajeno, ya era adicto a estos cortos de Spielberg.


Hace unas semanas di con la primera temporada completa en Fnac. La alegría fue monumental, jeje.


Dejo un video con la intro de la serie.


No hay comentarios:

Publicar un comentario