sábado, 31 de octubre de 2009

Acto de inauguración

Hace unas semanas me encontré con un amigo de los de toda la vida en una fiesta local. Llevaba una cámara de fotos.


Casualmente unos días antes me había marchado de expedición a un pantano cercano para fotografiarlo. Me comentó que estaba interesado por la afición y que había hecho un curso de iniciación a la fotografía.


La fotografía es una afición que siempre me ha llamado la atención. Capturar paisajes, movimiento, miradas, emociones, momentos… es algo mágico.


La tarde del pantano me di cuenta de dos verdades absolutas. La primera: me gusta hacer fotos. La segunda: tenía que deshacerme de esa cámara.


Esa misma semana la puse en venta y gracias a un amigo de Cádiz al que estaré eternamente agradecido pude hacer una buena compra. Ya tengo cámara nueva.


Hace unos días probé a introducir una nueva sección en el blog: “Mis fotos” y tras unas semanas en observación he comprobado que salvo algunos pequeños errores funciona realmente bien. La sección la encontrareis a la derecha, justo debajo de las noticias. Las imágenes pequeñitas son las novedades que voy subiendo, y para ver la colección completa tenéis que pulsar en “Galería”. Cronos vete al carajo…


Aprovecharé el acto “oficial” para “dedicar” algunas de las fotografías a los amigos/as habituales del blog.


Flor de Lis


No tengo el gusto de conocerle/a, o al menos eso creo. No lo/la conozco pero por sus buenas formas apostaría a que es más blogera que bloger. No hay color que me guste más para una dama que el morado, esta es para ti.



Pedro


Mi compañero de mil batallas y proyecto de químico alterado por el orden de los factores que nadie comprende. Te encantan los animales. Para ti un primer plano de Leonardo da Vinci, mi tortuga.



Marta


Excelente cuenta cuentos y mejor persona. Para ti esta casita que encontré hace unas semanas. Me recuerda a la casita abandonada de los trotamúsicos.



Anónimo


Fue la primera hechicera que conocí, y realmente la última. Para ti tengo algo que siempre llevas contigo.



Y para todos los demás…


Si os animáis a cruzarla estáis invitados al festín. De primero tenemos revuelto de verduras con setas, de segundo dorada a la sal con patatas asadas, el postre es una sorpresa y la bebida a vuestra elección…



Todas las semanas pongo un video, y siempre esta dedicado a vosotros, pero el de esta semana va indicado especialmente para Marta. Mucho ánimo.


La semana que viene os hablaré de un compañero muy especial. No por lo que es sino por lo que está consiguiendo. Me consta que lee estas líneas. Sabrá que escribo sobre el.

domingo, 25 de octubre de 2009

De copas con Alfredo

Aunque sus padres son italianos, el nació en los Estados Unidos.


Su padre le abandonó cuando no tenía más de dos años. Su madre murió cuando el era un chaval.


Trabajó de camarero, acomodador de cine, transportista, mozo de almacén… . Reconoce que consume drogas… o las ha consumido. Estuvo en la cárcel.


Ha tenido cinco relaciones serias (una de ellas con Madonna), tuvo dos hijos y una hija con parejas distintas. Fumaba cuatro cajetillas de cigarrillos al día… sus dos mejores amigos de la infancia murieron a causa de las drogas.


“Hace poco tuve un clavo en el dedo gordo del pie izquierdo. Le dije al doctor “Mejorará, ¿no?”. Me dijo que no. Y me di cuenta de que hay una edad en la que las cosas no mejoran automáticamente… si seguimos hablando así, me fumaré toda la cajetilla”.


Alquilaba su cuerpo prostituyéndose en la calle a cambio de unas monedas para no dormir en el banco de un parque.



Le gustaba el teatro… se presentó a una prueba para entrar en una academia artística de barrio y le negaron la entrada. Es muy bajito, con su metro sesenta y cinco de altura apenas destacaba entre el resto de aspirantes. Ama la ópera y la obra de Shakespeare.


Con el tiempo llegó al cine… rechazando los principales papeles de Apocalipsis Now, Star Wars, Pretty Woman, Seven, etc…


Tuvo que esperar veinte años desde su primer trabajo para recibir un galardón de renombre. Asistió drogado a una nominación de un galardón por parte de la Académica de los Oscar.


" Llega un momento en la vida en que uno tiene noción de su propia mortalidad. Uno comienza a ver la muerte de cierta forma. A partir de entonces se comienza a ver al prójimo con nuevos ojos. Dicen que eso ocurre cuando uno está en los treinta”


Apenas habla en público. Sólo concede entrevistas a un amigo íntimo y periodista (Grobel).


Siempre viste de negro. Siendo una de las personalidades más ricas de Hollywood vive en un pequeño piso en Manhattan. Utiliza un nombre ficticio en su correo personal para que no le molesten. Al contrario que muchos actores de renombre, adapta sus personajes a su personalidad.


“La felicidad no existe, sólo la concentración. Cuando estás concentrado, eres feliz. También eres feliz cuando no estás pensando demasiado en ti mismo”.


Un personaje extraño… una persona que ha roto todos los moldes prefabricados de Hollywood. Siendo uno de los “productos” más queridos y demandados por los amantes del cine, apenas se deja ver en pantalla.


Un señor que vive de su trabajo y para su trabajo.


Siendo egoísta, ojalá nunca deje de hacerlo.


Alguna que otra vez me han dicho eso de… “¿cuál es tu actor favorito?” Nunca he sabido dar una respuesta concreta… pero sin lugar a dudas Al Pacino estaría entre los tres primeros…



Entrecomillado obtenido de “Conversaciones con Al Pacino”, ensayo de Lawrence Grobel.

domingo, 18 de octubre de 2009

Gente chueca

Probablemente suene a nombre de barrio…

Según la jerga común de algunos países latinos un chueco es alguien mal hecho, defectuoso, torcido o inútil. En nuestra tierra nos resultan familiares términos como minusválido, subnormal, inválido, lisiado, tullido, retrasado…

Lo siento pero no puedo creer eso de que “todos somos iguales”... Son diferentes. Pero ¿en qué lo son?

Algunos recorren el camino más despacito, otros precisan de sentidos de apoyo: un ángel de la guarda que les acompañe del brazo, una maquinita que les susurre la voz del mundo, una silla viajera, un bastón mágico… pero todos tienen algo en común… despiertan expectación allí donde van.

He tenido la suerte de crecer en el seno de una familia que me ha acompañado siempre, que gastó mucho tiempo en guiarme con una educación clara y en lo más importante, mostrarme algunos de los valores más importantes de la vida. Respetar para ser respetado.

Crecí junto a algunas personas chuecas. Personas que me mostraron y me siguen mostrando el cariño más desinteresado y puro que he sentido en mi corta vida.

Creo que no hay mejor forma de conocer a una persona, de saber del sentimiento humano, de aprender de la misma vida que ponerte en el lugar de los demás. La empatía es una palabra especial, con un concepto maravilloso y unos resultados destilados. Con una única dosis diaria de empatía evitaríamos muchas miradas de paso, silencios innecesarios, sentimientos de culpa, sonrisas amargas y algunos destellos de ingeniosas ingenuidades… ¿Cuantas veces hemos escuchado lo de que… “los tontos son más felices que los listos”?

¿Quién no ha pensado en el suicidio? ¿Quién no ha maldecido un día? ¿Quién no ha dejado de hablar por algo que solucionaría hablando? ¿Quién no entristece porque no encuentra la felicidad? ¿Quién no ha llorado en su propio entierro?

Os dejo un video si me prometéis que lo veréis cuando tengáis un huequecito.


Hace unos días una personita asidua a este blog, pero que todavía no ha escrito en él, me dijo que escribía cosas tristes, que escribiera algo más alegre. “Te lo prometo”, le dije. Espero no haber defraudado a nadie.

viernes, 9 de octubre de 2009

¿Y tú... a quién tienes?

Nunca he temido a la soledad. Una vez escuché decir… “no es la misma soledad la voluntaria que la obligada”. En este caso escribiré sobre la soledad voluntaria.


Nunca he temido a la soledad, ni a la oscuridad, ni a los espacios abiertos… me acostumbraron a estos ambientes desde pequeñito. Recuerdo las visitas casi semanales al cementerio cogido de la mano de mi padre. Recuerdo que caminábamos por sus gastados adoquines grises y de vez en cuando parábamos… entonces comenzaba una historia de un hombre, de un niño, de una señora… el resumen de una vida en treinta segundos y poco más de noventa palabras…


Algunas veces regaba las plantas. Iba a por agua a la única fuente que había en el recinto, viejísima, oxidada y aburrida por el paso del tiempo y defendida de los foráneos por todo un escuadrón de avispas, mosquitos e insectos varios. Iba muy despacito, mirando constantemente hacia atrás para no perder de vista a mi padre, llenaba la misma botella de plástico de siempre y volvía a toda prisa. Otras veces mientras mi padre conversaba con los otros visitantes jugaba con las ramas de los cipreses, con sus frutos. Alguna vez llevaba las bolitas a casa, frotándolas contra un papel blanco se conseguía un verde intenso.


Hace unos días pasaba por allí y volví a entrar. Los viejos adoquines grises habían dejado su sitio al caliente y pegajoso asfalto, los cipreses se habían marchado en favor de la comodidad y la “higiene”, la fuente había sido sustituida por grifería de cierre automático… pero se respiraba la misma tranquilidad. Aire fresco, una gran montaña al frente y silencio, mucho silencio.



Estaba en mi sitio habitual, con la mirada puesta donde siempre cuando se acercó una señora mayor. Abrió una puertecilla de metal y comenzó a conversar. Miré hacia los dos lados de la calle pero no vi a nadie…


- Mamá… ¿cómo estás?

- ¡Qué día de calor hace hoy! ¿Sabes? ¡Ha hecho un verano buenísimo! Ahora hay muchas lluvias… ¡mucha agua! es buena el agua, el agua es muy buena, es bueno que llueva mucho…

- Mamá ya estoy aquí…

- Qué día de calor hace…


La señora cogió un pequeño recipiente de cerámica y fue hacia el grifo de la calle. Cuando pasó a mi lado se me quedó un tiempo mirando y preguntó… “¿a quién tienes?” pregunta que dio pie a una conversación, aunque no se prolongó mucho tiempo… no estoy acostumbrado a conversar en aquel lugar.


Siempre era yo el que escuchaba las historias, el que era llevado de la mano… nunca tenía que mostrar nada a nadie. Fue una sensación nueva, y como tal… extraña.


Como he comentado alguna vez intento disfrutar de la vida al máximo, sin prejuicios, sin conceptos preestablecidos, sin miradas… nunca he temido aquel lugar, estoy acostumbrado… nunca he temido a la conversación, es el ejercicio de aprendizaje más antiguo, enriquecededor y menos valorado que existe… nunca he temido a la muerte, la experiencia me dice que por algún motivo, desconocido en la mayoría de los casos, todo cambio es necesario…


Os dejo con un texto de un señor al que admiro mucho… Julio Llamazares.


Sed felices.



“El tiempo fluye siempre igual que fluye el río: melancólico y equívoco al principio, precipitándose a sí mismo a medida que los años van pasando. Como el río, se enreda entre las ovas tiernas y el musgo de la infancia. Como él, se despeña por los desfiladeros y los saltos que marcan el inicio de su aceleración."


"Hasta los veinte o treinta años, uno cree que el tiempo es un río infinito, una sustancia extraña que se alimenta de sí misma y nunca se consume. Pero llega un momento en que el hombre descubre la traición de los años. Llega siempre un momento -el mío coincidió con la muerte de mi madre- en el que, de repente, la juventud se acaba y el tiempo se deshiela como un montón de nieve atravesado por un rayo. A partir de ese instante, ya nada vuelve a ser igual que antes. A partir de ese instante, los días y los años empiezan a acortarse y el tiempo se convierte en un vapor efímero -igual que el que la nieve desprende al derretirse- que envuelve poco a poco el corazón, adormeciéndolo. Y, así, cuando queremos darnos cuenta, es tarde ya para intentar siquiera rebelarse.” (Julio Llamazares, "La lluvia amarilla"),

sábado, 3 de octubre de 2009

¿Qué es Watchmen?


Llevaba mucho tiempo esperando la edición que veis en la fotografía.

La encontré la semana pasada de pura casualidad (no sabía que se estrenaba esta semana) en el Fnac Bulevar de Alicante, al cual también llegué de casualidad mientras hacía tiempo para asistir a un seminario que celebraban en el número cuatro de la Avenida Ramón y Cajal.

“¿Por qué tanto bombo y platillo con esta película?” “Solo es una película de superhéroes…” “Esto no hay quien lo entienda…” “Me gustó más Spiderman…” éstas fueron algunas de las reacciones que escuché al final del estreno de la película, sobra decir que mi preferida es la cuarta… ;)

¿Qué es Watchmen?

Primero comentaré su banda sonora, ya que fue lo primero que conocí. Sólo por contar con obras de Bob Dylan, Nat King Cole, Jimi Hendrix, Simon & Garfunkel o Leonard Cohen ya merecía una oportunidad. La escuché en el cine… una delicia. La elección y versionado de las canciones al tiempo que transcurre la trama de la película es impresionante, ni un cabo suelto, sobresaliente.


Pasando a la historia que nos interesa…

Watchmen viene del cómic, concretamente de las manos de Alan Moore (Miracleman, V de Vendetta…). Se publicó a mediados de los años ochenta y fue una serie editada y cerrada, no existe continuación… (primera diferencia con la típica historia de superhéroes).



Cuenta las aventuras de una serie de señoritos y señoritas sin poder alguno (salvo el hombrecillo azul, conocido como Dr. Manhattan.) y cuando hablamos de aventuras me refiero a las aventuras de ellos consigo mismos, aventuras internas. En este caso no hay que eliminar al malo malote de la serie, los problemas vienen con las diferentes personalidades de los personajes, las dificultades que se dan cada vez que tienen que tomar una decisión importante, en definitiva problemas humanos, nuestros problemas.

Watchmen, el título, viene de “quis custodiet ipsos custodes?”, significa “¿quien vigila a los vigilantes?” otra referencia al autocontrol, a la actuación de puertas hacia adentro, a la problemática interna.

El simbolito de la cara sonriente viene de un cráter marciano, es realmente curioso.

Analizando los diálogos de los personajes y las actuaciones de las que hablábamos llegamos a la conclusión de que existen varias doctrinas filosóficas en la obra (absolutismo, consecuencialismo y relativismo moral entre otras), y ahí es realmente donde reside gran parte del interés de esta producción: los conflictos que se generan cada vez que éstas doctrinas chocan.

Rorschach (el del sombrero y máscara con manchitas) es un fiel seguidor de la doctrina absolutista. Únicamente cree en eliminar a los maleantes mediante prácticas extremas.

Ozimandias (el rubio) sigue la doctrina utilitarista, el fin siempre justifica los medios.

Dr. Manhattan (el hombrecillo azul) tiene el poder de crear y destruir, adorado y odiado por igual, la representación perfecta de un Dios misericordioso si tenemos en cuenta alguna de sus actuaciones, no otras.

El comediante (antifaz y chapita) desconoce totalmente el significado de la moralidad. Para él no existen las limitaciones ni los objetivos.

Y así podríamos seguir…

Como vemos, cada personaje cuenta con una personalidad. Personalidades totalmente identificables con las personas reales de nuestro entorno, y por lo tanto los conflictos que se generan también nos resultan familiares.

Una visión cómica de nuestros problemas. Un garabato de nuestras pretensiones.

Watchmen en estado puro.