martes, 9 de marzo de 2010

La carta, por favor

De primero una sombra, una mirada, una palabra, una voz… de segundo una decisión, una prohibición, un sentimiento, una confesión… de postre alegría, ilusión, sonrisas, motivación…


Un puñado de vida recogida en poco más de doce centímetros, de un rojo intenso y virginal. Un cúmulo de experiencias recogidas en un sentimiento, aunque ahora lo llaman amor, también corazón…


Platos agradables, digestivos y gratuitos. Platos que engolosinan y convencen al más aventajado de los incrédulos. Dicen que es un cosquilleo, más bien una digestión, al principio y siendo novedad, todo sabe mejor…



De primero una comparación, una necesidad, un reproche, una desilusión… de segundo una excusa, un silencio, un vacío, un desconocimiento… de postre verdad, melancolía, tristeza, agonía…


Un puñado de pensamientos recogidos en algo más de veinte centímetros, de gran capacidad destructiva y reveladora. Un cúmulo de verdades recogidas en un pensamiento, aunque ahora lo llaman arrepentimiento, también conocimiento…


Platos angustiosos, inevitables y forzosos. Platos que acusan y destruyen al más feliz de los figurantes. Dicen que es un dolor, más bien un silencio, gritos y alaridos, pero sólo por dentro…

martes, 2 de marzo de 2010

Buenas noches

Ha sido un día realmente duro. El trabajo, la niña, la rueda del coche, mi cuñado… un día memorable, un día para olvidar, en fin, un día más…


Me recuesto en mi cama y con una agradable sensación siento como mi espalda se estira y se relaja. Como siempre me quedo un rato mirando sin mirar. Primero hacia arriba, después hacia la izquierda y finalmente a la derecha, destino este de mi descanso.


Siento el calor aterciopelado de las sábanas, su suave aroma natural entremezclado con los jabones de la mañana anterior. Me deleito con su calor, su textura y su don relajante. Comienzo a dormirme y pierdo la sensación de realidad, mis músculos se relajan, mis pensamientos se desvanecen, finalmente comienzo a viajar.



Sin saber cuando y cómo detienen mi tren, mi tren de los sueños. Siento un acercamiento lejano, seguidamente una presencia, finalmente una mirada. Todo se acerca, todo se siente, quiero interrumpir mi sueño pero no puedo, demasiado tarde…


Comienzo a sentir que primero algo me roza las piernas, después me las aplasta, y así con el estómago, pecho, cuello y cara, parece que alguien está encima de mí, siento la presión en mi pecho.


Intento moverme, y sigo sin poder hacerlo. Recurro a mis manos. Con la izquierda intento separar la presencia de mi pecho, y siento como mis dedos quedan atrapados entre una maraña de huesos que me devuelven la imagen de unas costillas roídas por el paso del tiempo.


Asustado dejo caer mi mano derecha sobre mis caderas descubriendo unos huesos más pronunciados y de mayor tamaño. Mi instinto natural me lleva a llevarme las dos manos al rostro consiguiendo penetrar en las entrañas de mi voz y la mirada.


Todo esta muerto, putrefacto, vacío… ya no soy yo, ya no, tampoco se quien es, ni siquiera se si se ha marchado…